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| Alexandra Bouteaux con su obra |
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| Blas Aguafuerte 17 x 18 cm 2018 |
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| Blas Detalle de la obra enmarcada |
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| Blas Detalle |
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| Blas Detalle |
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| Paqui Aguafuerte 44 x 80 cm 2018 |
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| Paqui Detalle |
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| Paqui Detalle |
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| Paqui Detalle |
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| Paqui Detalle |
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| Paqui Detalle |
Estos retratos se llenan de líneas, resultados de
los surcos hechos al ácido sobre el metal, éstas invaden la figura
hasta el punto de deformarla sin desdibujarla del todo. El proceso
tiene gran importancia en este trabajo donde la consciencia de dibujo
juega a perderse en automatismos repetitivos, obsesivos, liberando
motivos y texturas orgánicos: pelos, pelaje de animal, nervios...
manteniéndose en un equilibrio entre la representación del motivo y
la libertad del trazo saliendo solo, sin más propósito que llenar
el vacío. Así se confunde dos planos, lo que se percibe al observar
el modelo y lo que se proyecta desde la inconsciencia, aunque toda
manifestación artística y toda representación en general
participan de esta premisa, aquí se evidencia esta tensión. El
interés que despertó el arte de los locos (o más ampliamente arte
outsider) en los artistas surrealistas y algunos años después a los
informalistas sitúa el automatismo en el centro de sus poéticas,
como en las obras de Man Ray, Unica Zürn o Wols presentadas a
continuación.
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| Man Ray |
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| Unica Zürn |
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| Wols |
